N° 13 | 19.09.2021
China lidera la gobernanza de datos global a través de su ventaja institucional socialista
Guancha
Guancha (“Observador”, www.guancha.cn) es la principal plataforma de medios de comunicación no estatal de China. Trae noticias y comentarios sobre la sociedad y política china, con una mirada hacia el mundo.
Según una nota de opinión de Guancha, las recientes regulaciones antimonopolio de los gigantes tecnológicos por parte de China han sido malinterpretadas como “represiones” por algunos medios de comunicación occidentales. De hecho, los esfuerzos del país para domar los excesos del “capitalismo de datos” aprovechando su ventaja institucional son parte del objetivo constante de mejorar la economía de mercado socialista con características chinas. Según el profesor Zhao Jingyan (赵燕菁) de la Universidad de Xiamen, el Big Data no debe ser una propiedad privada, aún si los datos fueron creados originalmente por plataformas de internet privadas. A medida que una empresa se convierte en una plataforma más grande, comienza a evolucionar de una entidad privada a una compañía pública. Citando a Xiong Jie (熊节), experto en transformación digital, el artículo señala que el reconocimiento de China de los datos como factor de la producción es un punto de partida muy importante. Mientras que los países occidentales quedan estancados en el problema de cómo se debe compartir el valor de datos, el sistema socialista y la estructura económica de China, donde la propiedad pública juega un papel dominante, son capaces de brindar apoyo institucional efectivo para abordar el derecho a beneficiarse de los datos. Argumenta que la mejor manera de distribuir el valor de los datos es que el derecho a beneficiarse de los datos personales sea incorporado en el sistema de economía pública y compartido con toda la población. El artículo concluye que las medidas chinas para regular la industria de internet han sentado nuevos precedentes en el campo de la gobernanza de datos global.
Construcción del Centro de Innovación de BRICS: fortalezas y desafíos
Lin Yi
Lin Yi (林旖) es analista del Buró Municipal de Finanzas de Xiamen y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas.
En la XIII Cumbre de los BRICS el 9 de septiembre, el Presidente Xi propuso cinco iniciativas para promover la cooperación entre los cinco países. Xi destacó la asociación establecida recientemente para el centro de innovación de la Nueva Revolución Industrial en Xiamen, Provincia de Fujian, en el sudeste de China. Según Lin Yi, este centro de innovación impulsará los “BRICS Digitales” fortaleciendo las ventajas actuales, la primera de las cuáles ha sido desarrollar estrategias nacionales de economía digital. El valor agregado de la economía digital de amplio alcance (según define la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), es decir, el uso de varias tecnologías digitales para realizar actividades económicas incluyendo el comercio electrónico, la industria 4.0, la economía compartida y la economía del trabajo eventual (“gig economy” en inglés) entre otras, representó el 36,2% del PBI de China en 2019. En Brasil, donde dos tercios de la población tiene smartphones, la economía digital de amplio alcance ocupa más del 20%. El promedio del consumo en el comercio electrónico en Sudáfrica aumentó en un 30% en la primera mitad de 2020 respecto al año anterior. Sin embargo, Lin señala que la falta de confianza política entre los países BRICS y el impacto del COVID-19 pueden dificultar la cooperación tecnológica. La hegemonía estadounidense en los estándares tecnológicos de internet amenaza el comercio digital justo entre los socios BRICS. Además, los cinco países están enfrentando desafíos de entornos desfavorables para la innovación y dependencia de los patrones de crecimiento económico. Rusia, por ejemplo, depende mucho de la exportación de energía, lo que limita el crecimiento de las actividades innovadoras. La autora aconseja que los BRICS promuevan el establecimiento de consensos construyendo una comunidad de intereses compartidos. Deben trabajar juntos para hacer del centro de innovación de los BRICS una plataforma unificada de servicios que facilite el intercambio de datos en varias plataformas, como las de pago móvil y comercio transfronterizo. Además de esforzarse por desarrollar nuevos estándares de tecnología digital, los países BRICS deberían fortalecer su presencia en el ámbito digital.
La educación vocacional de China para trabajadores en el contexto de automatización industrial
Du Liansen
Du Liansen (杜连森) es profesor de la Facultad de Ciencias de Educación, Universidad Normal de Jiangsu.
Actualmente China está revisando la Ley de Educación Vocacional, por primera vez desde 1996, para mejorar el estatus social de la educación vocacional que cubre 31,23 millones de estudiantes de entre 15 y 20 años. Después de la graduación, la mayoría de estos estudiantes se convertirán en “dǎgōng rén” (打工人), un término popular en internet principalmente para los trabajadores de cuello azul. Sin embargo, en su investigación de campo de un colegio vocacional y tres fábricas, Du Liansen notó algunos hechos preocupantes sobre la educación vocacional. Situado en uno de los polos manufactureros de China, el colegio vocacional ofreció carreras como electromecánica y control numérico. El colegio priorizó la gestión y autodisciplina de los estudiantes supervisando sus ejercicios físicos e inspeccionando los dormitorios, y asignó menos importancia a la formación de habilidades. Muchos estudiantes entrevistados dijeron que no vale la pena gastar cinco años en estudiar “solamente teorías superficiales y técnicas generales de operación”. Durante la práctica en la fábrica, se requería que los estudiantes hicieran tareas simples como “presionar botones para encender las máquinas de control numérico”, pero estos no tuvieron oportunidades de aprender técnicas más importantes como la programación. Según explica el autor, este fenómeno se debe a la “tendencia de descualificación” entre los trabajadores de la industria moderna causada por el desarrollo de la automatización, que debilita la utilidad de la educación vocacional. El autor señala que el gobierno ha de prestar más atención a los trabajadores abandonados por la automatización y profundizar la reforma de la educación vocacional china.
Los factores detrás de las frágiles relaciones contemporáneas entre China y Japón
Lü Yaodong
Lü Yaodong (吕耀东) es investigador del Instituto de Estudios Japoneses de la Academia China de Ciencias Sociales e investigador de la Sociedad de Historia de Relaciones Sino-japonesas.
Revisando la política de Japón hacia China y las relaciones zigzagueantes entre los dos países en el siglo XXI, Lü Yaodong observa que la fragilidad de las relaciones sino-japonesas se originó en asuntos históricos y diferencias en los intereses de seguridad, intereses políticos y valores. Por tanto, ningún cambio del Primer Ministro gobernante o de la política resolverá las contradicciones fundamentales. Entre 2001 y 2006, el Primer Ministro Junichiro Koizumi visitó con insistencia el Santuario Yasukuni, un memorial bélico que incluye más de mil criminales de guerra sentenciados de la Segunda Guerra Mundial, con lo cual las relaciones mutuas entre ambos países cayeron al peor nivel político. En 2006, el nuevo gobierno de Shinzo Abe modificó su política hacia China y adoptó un enfoque de “apuesta en ambos lados”, combinando cooperación y contención. De esta manera, la balanza se inclinó desde la “amenaza de China” hacia la “reciprocidad estratégica”. Sin embargo, cuando Abe volvió a tomar posesión en 2012, continuó visitando el santuario, perjudicando las relaciones con China otra vez. Bajo la presión de diferentes actores, la política de Abe sobre China se convirtió en una “táctica dual”: aliarse con otros países con “valores compartidos” para frenar el desarrollo de China, aprovechando la alianza militar entre Estados Unidos y Japón, mientras al mismo tiempo fortalece los lazos comerciales con China para obtener beneficios económicos. Con esta duplicidad es difícil para los dos países construir confianza política, y la incertidumbre del desarrollo de las relaciones bilaterales es una prueba de ello. El gabinete de Yoshihide Suga, que tomó el poder en 2020, continuó la misma política exterior de Abe,basando su diplomacia en la alianza con Estados Unidos. Lü señaló los tres desafíos pendientes de las relaciones entre China y Japón: la falta de confianza política, el declive de opiniones favorables del pueblo de un país sobre el otro, y la influencia de Estados Unidos.
Conmemorando el Incidente del 18 de septiembre y el imperialismo japonés en China
Xu Jian
Xu Jian (徐戬) es profesor asociado del Departamento de Ciencias Políticas de la Escuela de Filosofía y Administración Pública de la Universidad de Henan.
Xu Jian escribe que el Incidente del 18 de septiembre (九一八事变 Jiǔyībā Shìbiàn), también conocido como el “Incidente de Mukden”, marca no solo el comienzo de la Segunda Guerra Sino-Japonesa y la Segunda Guerra Mundial, sino también la interrupción del orden internacional. Cuando Japón invadió China, Chiang Kai-shek y el gobierno del Kuomintang (KMT) acudieron a la Sociedad de las Naciones para una solución pacífica. Con el apoyo de la Comisión Lytton, asignada por la Sociedad de las Naciones a resolver este asunto, Japón creó el Estado títere de Manchukuo (o el “Estado de Manchuria”), cambiando el panorama político conformado por la Revolución de Xinhai en 1911 (辛亥革命 xīnhài gémìng) e impidiendo a China construir un Estado soberano. Después de la victoria en la Segunda Guerra Mundial, la llamada justicia internacional falló otra vez contra China en la Conferencia de Yalta, ya que las áreas de “Manchuria y Mongolia” ocupadas por Japón no fueron devueltas a China y las cuestiones de Hong Kong y las Islas Ryukyu ni siquiera fueron discutidas. Luego de la rendición de Japón, Estados Unidos controló la reforma del país. Durante este periodo, “la Gran Guerra de Asia Oriental” fue renombrada “la Guerra del Pacífico”, como parte del intento de Estados Unidos de subestimar la invasión japonesa a China. Al mismo tiempo, enseñaba a Japón a utilizar “democracia” como justificación para el militarismo. La evasión de Japón de sus responsabilidades en esta historia, incluyendo lo que respecta al Santuario Yasukuni y las Islas Diaoyu entre otras conductas, sigue haciendo daño a las relaciones entre los dos países. Xu concluye que la paz mundial requeriría la “recivilización” de Japón y un cambio fundamental de las “enseñanzas” por Estados Unidos. El pueblo chino, sin embargo, aprendió la lección de este periodo y unos años después participó y ganó en la Guerra de Resistencia contra la Agresión de Estados Unidos y Asistencia a Corea (抗美援朝战争 Kàngměiyuáncháo zhànzhēng).

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