Al iniciar el proceso de admitir a Irán como estado miembro y a otros tres países, Arabia Saudita, Egipto y Qatar, como socios del diálogo, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) llegó a otro hito en su vigésimo aniversario. Li Ziguo argumenta que la geopolítica es el factor decisivo del desarrollo de la OCS, sobre todo de su expansión. La incorporación de la India y Pakistán en 2017, en medio de las tendencias crecientes de “antiglobalización” como el referéndum del Bréxit, demuestra el gran atractivo de la organización. Expandir la membresía de la OCS no necesariamente la hace más fuerte, ya que cada país miembro conlleva sus propios conflictos geopolíticos, culturales, territoriales y de seguridad, entre otros. Adhiriéndose al principio de “no focalizar en terceros”, la OCS intenta evitar conflictos geopolíticos, aunque actualmente está enfrentando una mayor confrontación con Estados Unidos. Con sus acciones unilaterales, Estados Unidos ejecuta una “jurisdicción de brazo largo” de manera arbitraria violando el Derecho Internacional. Además, las relaciones complicadas entre los países y Estados Unidos determinarán si Irán, Afganistán y Mongolia pueden convertirse en países miembros de la OCS. Específicamente, lo que realmente impide que Irán se integre en la organización son las relaciones iraníes-estadounidenses y la voluntad de los miembros de criticar a Estados Unidos por sus acciones unilaterales y políticas injustas hacia Irán. Li sugiere que la OCS ajuste su posicionamiento según la nueva situación, contribuyendo más al desarrollo y la seguridad de la región y explorando nuevos campos para construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad.
Desde que el Presidente Xi anunció la estrategia de “doble circulación” (双循环shuāng xúnhuán) de China en mayo de 2020, Occidente la ha malinterpretado como una estrategia enfocada en el interior, como el desacoplamiento y cierre del mercado, para responder al entorno hostil internacional. Según Cao Yuanzheng, sin embargo, la doble circulación está diseñada para compartir el mercado doméstico de China (que recientemente se ha convertido en el mayor mercado de bienes de consumo del planeta), con el mundo a través de implementar una política de apertura institucional. La sinergia del crecimiento del mercado doméstico que estimula el mercado internacional crea una doble circulación que, a su vez, impulsará el crecimiento chino. Así mismo, el proceso de la doble circulación sinérgica redefinirá la posición de China en la economía global y remodelará la globalización económica. Cao explica que durante la época de economía planificada, China se enfocó en la circulación económica doméstica y sentó las bases para la modernización del país con la industrialización independiente. En la época de reforma, China priorizó la circulación internacional y participó en el sistema mundial con un desarrollo orientado a la exportación, lo cual condujo al crecimiento de China y fortaleció la prosperidad global. Al mismo tiempo, debido al libre flujo de capital a través de las fronteras nacionales, se agudizó el desequilibrio económico mundial. Las economías desarrolladas constantemente mantienen un déficit en la cuenta corriente (es decir, el valor de los bienes y servicios que importan supera el valor de lo que exportan), mientras que los países en desarrollo muestran un mayor superávit en la cuenta corriente. La guerra comercial entre China y Estados Unidos refleja este desequilibrio global de manera extrema. Cao concluye que la doble circulación ha ayudado a China a reducir su dependencia de la exportación. Si la innovación se convierte en un motor fuerte para el crecimiento del mercado doméstico, no solo favorecerá el desarrollo sostenible de China, sino también contribuirá a la economía mundial.
En una entrevista reciente, Lü Dewen señaló que los esfuerzos de China para eliminar la pobreza absoluta y su trabajo por la prosperidad común reflejan la esencia del sistema socialista bajo el liderazgo del PCCH. En la actualidad hay un animado debate sobre cómo lograr la prosperidad común y si el PCCH debería concentrarse en la distribución primaria, secundaria o terciaria. El país está implementando una serie de ajustes en sus políticas económicas y sociales para subsanar las consecuencias negativas de las reformas basadas en el mercado del pasado, incluyendo los altos costos de vivienda y la ansiedad por la educación. El objetivo de la prosperidad común es aliviar la polarización entre los ricos y los pobres. Según Lü, dado que China acaba de ser calificada como país de ingresos medios, es necesario que el desarrollo económico siga siendo la tarea central del PCCH. Mientras mantiene un alto nivel de desarrollo económico, China debería enfocarse en mejorar el sistema de distribución primaria, que convertirá la gran cantidad de trabajadores migrantes chinos en trabajadores de ingresos medios. La distribución secundaria y la terciaria pueden jugar un papel suplementario. Lü también argumenta que China debería evitar la trampa del bienestar y no alentar al pueblo a depender de las asistencias (等靠要 Děng kào yào) para alcanzar la prosperidad común. Un país socialista también destaca que el trabajo genera felicidad, lo cual es la ética clave del espíritu socialista. Solo con la ética del trabajo duro del pueblo para construir una sociedad socialista, éste podrá convertirse en dueño del país y así permitir el disfrute común de la riqueza de la sociedad.
Desde la reforma y la apertura, la tasa de divorcio de las parejas jóvenes chinas ha aumentado de manera constante. La tasa subió lentamente entre 1978 y 2002, pero se disparó después de 2002. La primera causa señalada en el artículo es la apertura y la diversificación de los valores y estilos de vida de la gente, quien considera el divorcio como un asunto privado, en lugar de algo sometido a la moral tradicional. Segundo, la generación nacida en la época de la política de hijo único tiene una demanda más fuerte de igualdad de género y no toleraría sus insatisfacciones en el matrimonio. Tercero, gracias al creciente estado social de las mujeres, éstas esperan que sus cónyuges asuman una responsabilidad igualitaria en las labores domésticas como la limpieza y el cuidado a los hijos, a lo cual algunos hombres no se han acostumbrado. Por ejemplo, entre todos los casos de divorcio que el tribunal chino manejó entre 2016 y 2017, el 73% de los solicitantes fueron mujeres. Cuarto, a diferencia de los que toman la familia como la unidad social básica, los jóvenes valoran más el aspecto romántico y las necesidades individuales en el matrimonio y por tanto, las discrepancias en la crianza de niños y la incompatibilidad de la vida sexual se encuentran entre los nuevos motivos de divorcio. Además, el artículo ilustra que el rápido crecimiento del divorcio después de 2002 se debe también al aumento de la libertad para divorciarse dada por la legislación y la implementación de leyes. En 2003, China simplificó el procedimiento de divorcio y en 2004, los cambios de la enmienda constitucional consolidaron la libertad de divorcio. Ambos hechos contribuyeron a un aumento de la separación familiar, divorcios precipitados y divorcios falsos con el objetivo de disfrutar las políticas preferenciales como las de préstamo, vivienda y admisión escolar. El artículo argumenta que si bien el Código Civil de China recientemente enmendado, que estipula un periodo de enfriamiento de 30 días para el divorcio, podría desacelerar el ritmo de divorcio, es poco posible que cambie la voluntad de las parejas de divorciarse.
El 25 de septiembre de este año se cumplen 140 años del nacimiento de Lu Xun (鲁迅, 1881-1936), gran escritor, pensador y revolucionario chino. Zhao Jinghua señala que durante el siglo XX e incluso desde la fundación de la República Popular de China, el espíritu internacionalista de Lu Xun ha sido subestimado. En los últimos 30 años, Lu Xun ha sido reconocido por su cosmopolitismo, considerado como producto de una tendencia democrática liberal contra el contexto del imperialismo. Según Zhao, aunque Lu Xun no se incorporó en el Partido Comunista de China ni en la Internacional Comunista, pudo explorar nuevas ideas producidas en la Revolución Rusa. Durante los años 20 y 30, comenzó a entender la existencia de relaciones de clase a través de la literatura, por lo cual formó su visión del mundo internacionalista en la que se destacaban las clases. En 1936, por ejemplo, Lu Xun escribió que el pueblo de todo el mundo debe ser unido, sobre todo los suprimidos. Lu Xun altamente respetaba a Maxim Gorky, escritor proletario soviético que representaba a las clases bajas. También hacía todo lo posible para promover la literatura izquierdista de China al mundo, simpatizaba con los progresistas escritores antifascistas internacionales, y criticaba el terror blanco que producía el gobierno nacionalista del Kuomintang de manera aguda. Hoy en día, reconocer el internacionalismo de Lu Xun no resta importancia a su legado como el gran espíritu nacional de la Revolución China. Según Zhao, la lucha por la liberación nacional que surgió después de la Segunda Guerra Mundial estuvo interconectada con el movimiento socialista internacional, con la lucha nacional arraigada en la internacionalista. Pese a las presentes crisis que enfrenta la globalización, volver al espíritu del internacionalismo de la clase obrera mundial puede ayudarnos a romper las barreras del nacionalismo intolerante e inspirarnos a buscar un “nuevo internacionalismo”.
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