Wenhua Zongheng: Revista trimestral de pensamiento chino | VOL.1 N° 3

Las relaciones entre China y África en la era de la Franja y la Ruta


Guo Hongwu (郭宏武), La amistad revolucionaria es tan profunda como el océano (革命友谊深如海), 1975. Cartel, 54 x 77 cm. Crédito: chineseposters.net, colección Landsberger, BG E15/581.

China y los intentos de industrialización de África

Grieve Chelwa

Grieve Chelwa es profesor adjunto de economía política en el Instituto Africano e investigador no residente en Tricontinental: Instituto de Investigación Social. Sus investigaciones se centran en la economía política y las perspectivas del desarrollo económico africano. Anteriormente trabajó como director de investigación en el Instituto sobre Raza, Poder y Economía Política de la Nueva Escuela y como profesor titular de economía en la Escuela de Negocios de la Universidad de Ciudad del Cabo.

El llamado a la industrialización ha sido un grito de guerra de los países africanos desde que alcanzaron la independencia política. A lo largo del siglo XX, la década clave de las luchas de liberación nacional en el continente fue la de 1960. Muchos de los líderes africanos de la primera generación posterior a la colonización, desde Kwame Nkrumah (Ghana) hasta Julius Nyerere (Tanzania) o Kenneth Kaunda (Zambia), valoraban profundamente el papel que desempeñaría la industrialización en la total emancipación del continente africano. Estos líderes entendieron que la dependencia económica de África se debía a los pecados originales del imperialismo y el colonialismo, que relegaron al continente a la posición de proveedor perpetuo de materias primas baratas para los países ricos a cambio de manufacturas caras. Para romper esta lógica colonial e imperial y para liberarse de la carga de la dependencia, era necesaria una reorientación estructural de las economías africanas, pasando de la producción de materias primas a la producción industrial. Además, la industrialización se veía como el vehículo que proporcionaría un alto nivel de empleo y salarios decentes a una gran masa de la población cuyas vidas habían sido trastornadas por el colonialismo y el imperialismo.

Con este impulso en mente, los países africanos formularon planes a nivel local y regional que ponían la industrialización en el centro de su desarrollo. Por ejemplo, la Organización para la Unidad Africana (predecesora de la Unión Africana) elaboró en 1980 una estrategia histórica conocida como el Plan de Acción de Lagos para el Desarrollo Económico de África, donde se otorgaba un lugar destacado a la industria. Este plan alentaba a los Estados africanos a “dar prioridad a la industrialización en sus planes de desarrollo, reconociendo su impacto en la satisfacción de las necesidades básicas de la población, la promoción de la integración económica y la modernización de la sociedad”.[1] Además, en el Plan de Acción de Lagos se enfatizaba de manera contundente que: “Con el fin de que África logre rápidamente una mayor participación en la producción industrial mundial y alcance un nivel adecuado de autosuficiencia colectiva, los Estados miembros [de la Organización para la Unidad Africana] declararon los años 1980 a 1990 [como la] Década del Desarrollo Industrial en África”. [2]

Lamentablemente, a pesar de todo este entusiasmo, el continente africano en su conjunto no ha logrado una industrialización significativa en los últimos 60 años. El nivel industrial de muchos países en el continente sigue siendo similar al que tenían en el momento de alcanzar la independencia política en la década de 1960. De hecho, en muchos casos, ha ocurrido un proceso de desindustrialización, lo que significa que la contribución de la industria a su producción económica es hoy menor que en el período de independencia.

Esta incapacidad para lograr la industrialización ha tenido amplias repercusiones en la economía del continente africano y en la calidad de vida de su población. Por ejemplo, los salarios reales, que a menudo están vinculados a la producción industrial, han disminuido y son actualmente más bajos que en la década de 1970.[3] Además, en las últimas tres décadas, el número de personas que viven en la pobreza ha disminuido en todas las regiones del mundo, excepto en África, donde ha ocurrido lo contrario. En 1990, alrededor de 300 millones de personas vivían en la pobreza en África. Para el año 2020, esa cifra había aumentado a 400 millones, y es probable que siga creciendo en la década actual.[4] Por último en comparación con el momento de la independencia, en la actualidad el continente africano depende más del resto del mundo, especialmente de Occidente, como mercado para sus productos primarios.

Mientras la industrialización no ha llegado al continente africano en las últimas seis décadas, China ha experimentado un éxito sin igual durante el mismo período. Desde las reformas anunciadas por Deng Xiaoping a finales de la década de 1970, China ha incrementado constantemente su base industrial, lo que ha llevado a una de las reducciones más rápidas de la pobreza en la historia de la humanidad.[5] En 1981, alrededor del 90% de la población china vivía en la pobreza. En 2018, la tasa de pobreza se había reducido a tan solo un tercio de ese porcentaje.[6] Además, el crecimiento de la producción industrial del país ha consolidado su posición como un actor económico y político importante en la escena mundial, con una capacidad incuestionable para determinar su propio destino.

Dado el éxito de China en la industrialización y las dificultades que ha enfrentado África en este aspecto, resulta sorprendente que exista una escasez de trabajos académicos comparativos que busquen extraer lecciones de la experiencia china para la industrialización en África. Aún más notorio es la falta de estudios que analicen si China podría ser un aliado efectivo en la búsqueda, hasta ahora esquiva, de la industrialización en el continente africano.

El presente número de Wenhua Zongheng (文化纵横) busca llenar este vacío. Los dos ensayos de este número están escritos por destacados académicos chinos especializados en el desarrollo económico comparado. El primero, de la catedrática Zhou Jinyan (周瑾艳) de la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai, lleva por título “El camino de África hacia la industrialización: ¿Cómo puede contribuir China al desarrollo económico del continente?”. Como su nombre sugiere, en este ensayo se propone describir y analizar la experiencia histórica de África en su búsqueda de la industrialización, al mismo tiempo que explora el papel que China podría desempeñar en el desarrollo del continente.

El documento comienza reconociendo los hechos previamente mencionados, es decir, que África ha tenido un historial desafiante en cuanto a la industrialización. En lugar de atribuir la responsabilidad de estos resultados a los africanos, como a menudo hacen muchos estudiosos, principalmente occidentales, la catedrática Zhou sostiene que este historial de resultados industriales deficientes se debe en gran medida al “fracaso de las recetas de desarrollo occidentales”. De manera contundente, afirma que “la ayuda occidental ha fomentado la dependencia económica de África, mientras que la hegemonía política, económica e ideológica de Occidente ha limitado el espacio político y la autonomía de África”. Desde los programas de ajuste estructural neoliberal hasta las estrategias de reforma destinadas a mejorar el entorno empresarial y de inversión, las recetas occidentales no han contribuido al desarrollo económico africano. Siguiendo una línea similar a algunos de mis propios trabajos, la catedrática Zhou critica el predominio absoluto de intelectuales y expertos occidentales en el proceso de políticas de África. [7]

La última sección del ensayo de la profesora Zhou aborda tres formas en las cuales China puede contribuir al desarrollo industrial de África. En primer lugar, sostiene que el considerable impulso que China ha dado a la construcción de infraestructuras en todo el continente africano durante aproximadamente las últimas tres décadas, tendrá un impacto significativo en las aspiraciones de industrialización de la región. La construcción de puertos modernos, carreteras y plantas eléctricas reducirá los costos de producción y estimulará el proceso de industrialización. En segundo lugar, China puede contribuir a la industrialización de África a través del ámbito ideológico, proporcionando un modelo de desarrollo alternativo, basado en la dirección estatal. Ello, en contraposición al enfoque predominante del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, centrado en el mercado y el sector privado. Por último, China puede contribuir a la industrialización de África fortaleciendo su autonomía en el contexto geopolítico global, ofreciendo un enfoque alternativo para interactuar con el resto del mundo de manera respetuosa y mutuamente beneficiosa.

El segundo ensayo de este número lleva por título “Iniciativa de la Franja y la Ruta de China y la Industrialización Africana”, escrito por el catedrático Tang Xiaoyang (唐晓阳) de la Universidad de Tsinghua. El autor tiene como punto de interés comprender cómo la Iniciativa de la Franja y la Ruta china (BRI) ha influido en las perspectivas de industrialización en África. Comienza su ensayo argumentando que “el mayor desafío para la industrialización en África radica en la dificultad de integrar diversos elementos de producción en un sistema”. En otras palabras, siguiendo la línea de pensamiento de Adam Smith, África no ha logrado industrializarse en parte debido a la falta de una división del trabajo en su sector industrial. En este sentido, las entidades del sector industrial del continente operan de manera fragmentada y aislada, con muy pocos vínculos entre ellas. El profesor Tang argumenta además que esta falta de división del trabajo es resultado de una infraestructura insuficiente a gran escala en el continente, que limita la capacidad de establecer conexiones intra e intersectoriales. Es precisamente esta limitación la que la BRI busca abordar al promover la “conectividad de infraestructuras”. Por lo tanto, el catedrático sostiene que la BRI representa una estrategia de industrialización para África.

En resumen, esta edición de Wenhua Zongheng, centrada en la industrialización de África, es una contribución valiosa mientras continuamos debatiendo las perspectivas de un desarrollo emancipador en el continente africano. Como evidencian los ensayos de esta edición, África tiene mucho que aprender de la experiencia china en materia de industrialización. Además, China puede desempeñar un papel significativo en el fomento de las aspiraciones de industrialización del continente de manera justa, humanitaria y solidaria.

Bibliografía

Chelwa, Grieve. “Does Economics Have an ‘Africa Problem’?” [¿Tiene la economía un “Problema Africano”?]. Economy and Society [Economía y Sociedad] 50, no. 1 (2021): 78-99.

Organización para la Unidad Africana. Lagos Plan of Action for the Economic Development of Africa, 1980–2000 [Plan de Acción de Lagos para el Desarrollo Económico de África, 1980-2000]. Adís Abeba: Organización para la Unidad Africana, 1980. https://www.nepad.org/publication/lagos-plan-of-action.

Rodrik, Dani. “An African Growth Miracle?” [¿Un milagro de crecimiento africano?]. Journal of African Economies [Periódico de Economías Africanas] 27, no. 1 (2018): 10-27.

Banco Mundial y Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado, República Popular China. Four Decades of Poverty Reduction in China: Drivers, Insights for the World, and the Way Ahead [Cuatro Décadas de Reducción de la Pobreza en China: Factores Catalizadores, Perspectivas para el Mundo y el Camino por Recorrer]. Washington, DC: Banco Mundial, 2022. https://thedocs.worldbank.org/en/doc/bdadc16a4f5c1c88a839c0f905cde802-0070012022/original/Poverty-Synthesis-Report-final.pdf.

Notas del autor

1. Organización para la Unidad Africana, Lagos Plan of Action for the Economic Development of Africa, 1980–2000 [Plan de Acción de Lagos para el Desarrollo Económico de África, 1980-2000] (Adís Abeba: Organización para la Unidad Africana, 1980), 15, https://www.nepad.org/publication/lagos-plan-of-action.

2. Organización para la Unidad Africana, Lagos Plan of Action [Plan de Acción de Lagos], 15.

3. Dani Rodrik, “An African Growth Miracle?” [¿Un milagro de crecimiento africano?], Journal of African Economies [Periódico de Economías Africanas] 27, no. 1 (2018).

4. Las estadísticas presentadas sobre la pobreza en África han sido extraídas de la Plataforma sobre Pobreza y Desigualdad del Banco Mundial, disponible aquí: https://pip.worldbank.org/home.

5. Ver Instituto Tricontinental de Investigación Social, Servir al pueblo: La erradicación de la extrema pobreza en China, Estudios sobre la construcción del socialismo no. 1, julio 2021, https://thetricontinental.org/es/estudios-1-construccion-socialismo/.

6. Banco Mundial y Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado, República Popular China, Four Decades of Poverty Reduction in China: Drivers, Insights for the World, and the Way Ahead [Cuatro Décadas de Reducción de la Pobreza en China: Factores Catalizadores, Perspectivas para el Mundo y el Camino por Recorrer](Washington, DC: Banco Mundial, 2022), 1, https://thedocs.worldbank.org/en/doc/bdadc16a4f5c1c88a839c0f905cde802-0070012022/original/Poverty-Synthesis-Report-final.pdf.

7. Vea Grieve Chelwa, “Does Economics Have an ‘Africa Problem’?” [¿Tiene la economía un “Problema Africano”?], Economy and Society [Economía y Sociedad] 50, no. 1 (2021)

El recorrido de África hacia la industrialización: ¿Cómo puede China contribuir al desarrollo económico del continente?

Zhou Jinyan

Iniciativa de la Franja y la Ruta de China y la industrialización africana

Tang Xiaoyang