Del conflicto entre Rusia y Ucrania al avance en espacios como los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), China continuó consolidando su papel crucial en la geopolítica. Antes de que estallara la crisis entre Rusia y Ucrania, el presidente ruso Vladimir Putin fue recibido por Xi Jinping en Beijing en el marco de los Juegos Olímpicos de Invierno. Después de la reunión, ambos publicaron una declaración conjunta reiterando que “la amistad entre los dos Estados no tiene límites, no hay áreas que estén ‘excluidas’ de la cooperación”. En el comunicado, los países se opusieron a la expansión de la OTAN y la independencia de Taiwán y expresaron preocupación por la creación de la alianza militar AUKUS. Desde el inicio de la “operación militar especial” en Ucrania, Xi abogó por una salida política a la crisis, un camino a la paz mediante el diálogo. En medio de las sanciones impuestas a Rusia por el Norte Global, las importaciones chinas de petróleo crudo ruso subieron un 55% respecto a mayo del año anterior, alcanzando un nivel récord y destronando a Arabia Saudita como el principal proveedor. También en mayo, las importaciones chinas de gas natural licuado de Rusia alcanzaron las 400.000 toneladas, un salto de 56% interanual.

En el mismo mes, durante la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de los BRICS, China criticó la política de responder a la crisis ucraniana con sanciones y suministro de armas a Ucrania. En esa reunión, Xi reafirmó la necesidad de resistir a la mentalidad de Guerra Fría y fortalecer la cooperación entre los países en desarrollo. En junio, China fue sede de la 14° Cumbre de los BRICS, que debatió la construcción de alternativas financieras al dólar, como un mecanismo internacional basado en una canasta de monedas. La gran noticia de la cumbre fue el anuncio de la candidatura oficial de Irán y Argentina para unirse al bloque.

Otra importante cumbre realizada en 2022 fue la de la Organización de Cooperación de Shanghái en septiembre, que también tuvo avances en términos de expansión, con la entrada de Irán como nuevo miembro, Arabia Saudita, Catar y Egipto como socios de diálogo, y Bielorrusia iniciando el proceso de adhesión. En la reunión, Turquía manifestó su interés en integrar la OCS, lo que la convertiría en el primer país miembro de la OTAN en hacerlo.

El aumento de las tensiones entre las dos principales potencias económicas del mundo marcaron el 2022, a pesar del primer encuentro cara a cara cerca de fin de año entre Xi Jinping y Joe Biden. En agosto, la presidenta del Congreso de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó Taiwán ignorando las advertencias y críticas del gobierno chino, lo que se consideró una amenaza a la base de las relaciones sino-estadounidenses. En octubre, EE. UU. anunció nuevas políticas de bloqueo a la industria de semiconductores china. Sin embargo, se ha encontrado con la resistencia por parte de otros países para sumarse al boicot contra China.

El momento más esperado del año fue el 20° Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh). En el informe presentado al congreso, Xi Jinping destacó las conquistas económicas de los últimos 10 años, con el PBI chino pasando a representar el 18,5% de la economía mundial, resaltó la eliminación de la pobreza extrema y anunció que el país tendrá que mejorar la distribución del ingreso.

Xi fue elegido como secretario general del Comité Central del PCCh y el Congreso introdujo una enmienda en la constitución del Partido destacando el papel central de Xi Jinping y su pensamiento. El congreso revisó los principios y objetivos de la prosperidad común, el socialismo con características chinas para una nueva era, el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, el desarrollo de la democracia popular integral, la meta del segundo centenario de convertir a China en un gran país socialista moderno en todos los aspectos, y la oposición a la “independencia de Taiwán”.

Otro aspecto a destacar del Congreso fue el énfasis dado al modelo de modernización de China como alternativa a la modernización occidental, dominada por el capitalismo y basada en guerras, saqueos y colonización. El informe del 20° Congreso afirmó que el modelo de modernización chino se basa en el desarrollo pacífico, socialista y centrado en el pueblo.

El año 2022 supuso la mayor caída en los últimos 24 años de la fortuna de los multimillonarios en China, en un 18%, que también se redujeron en cantidad en un 11%. El fenómeno fue impulsado en gran medida por el mal desempeño del mercado inmobiliario. Tanto ese sector como el de las big techs vienen siendo objeto de reglamentaciones que buscan, por ejemplo, reducir la especulación inmobiliaria y mejorar la legislación antimonopolio, en el caso del sector tecnológico.

Al mismo tiempo, datos publicados en noviembre demostraron que en 2021 el número de familias chinas de “alto patrimonio líquido”, que incluyen a aquellas con más de 10 millones de yuanes (US$ 1,43 millones), aumentó un 1,9%, llegando a casi 2,1 millones. Al mismo tiempo, como parte de la campaña de erradicación de la pobreza, el gobierno decidió recientemente ampliar la asistencia social a 63 millones de personas de bajos ingresos. En abril, el gobierno anunció inversiones por al menos 15 billones de yuanes (US$ 2,10 billones), con más de la mitad destinados a apoyar las industrias de servicios, como fábricas, parques industriales, incubadoras de tecnología y parques temáticos, y cerca del 30% de los proyectos para infraestructuras tradicionales, como rutas y ferrocarriles.

En cuanto a la lucha contra el COVID-19, a fines de febrero China enfrentó su peor brote desde el inicio de la pandemia, esta vez en Shanghái, lo que llevó a la mayor ciudad de China a un lockdown de dos meses. Ya finalizando el año, el gobierno comenzó a flexibilizar las medidas de la política dinámica de COVID Cero, dejando de realizar pruebas masivas de PCR y de exigir resultados negativos para la circulación en predios, transporte público y viajes interregionales. Algunas de las principales ciudades, especialmente Beijing, terminan el año enfrentándose a nuevos brotes. El gobierno buscará vacunar al 90% de las personas con más de 80 años para fines de enero. 

En 2022, la economía china enfrentó grandes desafíos por los brotes de COVID a lo largo del año, en un contexto internacional marcado por tensiones económicas y geopolíticas, como la crisis de Ucrania. Eso hizo que el crecimiento económico quedara por debajo de la meta anual del gobierno chino del 5,5%. 

En este marco, China continuó con sus esfuerzos para resistir la hegemonía del dólar estadounidense. A mitad de año, el Banco Central de China firmó un acuerdo con el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés), con sede en Suiza, para crear un fondo de reservas en yuanes con los bancos centrales de Indonesia, Malasia, Hong Kong, Singapur y Chile, que participaron del acuerdo. Cada país contribuyó con un mínimo de 15.000 millones de yuanes (US$ 2.150 millones) y tiene derecho a acceder al fondo en caso de volatilidad del mercado, prescindiendo del uso de la moneda estadounidense. En abril, el yuan se convirtió en la quinta moneda más negociada del mundo.

Las tensiones con Estados Unidos, sumadas a la tasa de inflación más alta en ese país en 40 años (9,1%), provocaron que los títulos de deuda estadounidenses en poder de China cayeron por debajo de US$ 1 billón por primera vez en más de 12 años, ubicándose en US$ 980.800 millones.

Este año, por primera vez, los ingresos de las empresas chinas (US$ 11,6 billones) superaron a los de las estadounidenses (US$ 11,22 billones) en la lista de Fortune Global 500. Las empresas estatales tuvieron un papel importante en este logro. Tres gigantes estatales de energía (State Grid, CNPC y Sinopec) se encuentran entre las cinco empresas más importantes del mundo, y la mayoría de las empresas en la lista (87 de 145) son mayoritaria o totalmente estatales. China creó el China Mineral Resources Group, un gigante estatal de mineral de hierro valorado en US$ 3.000 millones, para fortalecer su posición el comercio global del sector.

La fabricante china de vehículos BYD entró en la lista por primera vez, ocupando la posición 436° con un ingreso de US$ 32.758 millones. En el primer semestre, la compañía también consiguió la hazaña de desbancar el liderazgo de Tesla, de Elon Musk, en ventas de vehículos eléctricos a nivel global. Además de eso, este año China superó a Alemania y se convirtió en la segunda mayor exportadora de autos del mundo, quedando solamente detrás de Japón.

El sector inmobiliario, uno de los más afectados por la pandemia, pasó la mayor parte del año en contracción, comenzando a dar señales de recuperación durante el último trimestre. Entre enero y septiembre, las transacciones de terrenos de las 100 mayores desarrolladoras inmobiliarias(US$ 147.000 millones) acumularon un caída de 51,2% interanual. Mientras tanto, el aumento de 130,2% en el valor de las compras de terrenos de las 50 mayores desarrolladoras inmobiliarias en el mes de septiembre, trajo esperanza al sector. 

En 2022, China se vió afectada por olas de calor e inundaciones que presentaron desafíos para la agricultura del país. En agosto, fue registrada la ola de calor más intensa desde que el país empezó a realizar observaciones meteorológicas en 1961, impactando en la generación de energía y las cosechas de otoño. El gobierno destinó US$ 29,5 millones en fondos de auxilio de catástrofes para ayudar a paliar la sequía.

A pesar de las condiciones climáticas adversas, China logró superar, por octavo año consecutivo, su meta anual de cosecha de 650 millones de toneladas de granos, llegando a tener inclusive un crecimiento interanual del 0,5%, gracias al aumento de las tierras cultivadas.

Este año, el gobierno comenzó a incentivar a los agricultores a cultivar una nueva variedad de arroz, que se puede cosechar durante varios años sin replantar, llega a rendir 15 toneladas por hectárea (2018) y reduce a la mitad los costos de producción. Al mismo tiempo, la producción de una variedad de arroz que crece en suelo salino y alcalino creció en más de dos veces en tres años,aumentando la productividad a más de 10 toneladas por hectárea en 2022. China es la mayor productora y consumidora de arroz del mundo. 

En la primera mitad del año, las ventas de las cooperativas de suministro y comercialización aumentaron un 19,1% hasta más de 2,94 billones de yuanes (US$ 400.000 millones), con la ayuda del comercio electrónico. Estas cooperativas están resurgiendo como parte del programa de revitalización rural y de reducción de la pobreza. Hoy suman un total de 37.652, con casi 400.000 puntos de venta en todo el país.

Un estudio publicado este año por la Universidad de Chicago, reveló que, en solo siete años, China logró reducir casi el mismo nivel de polución del aire (40%) que EE. UU. en tres décadas. Si se mantiene la tendencia, puede aumentar la expectativa de vida promedio en cerca de dos años, según la investigación.

También en relación al medio ambiente, otro estudio publicado a principios de año y realizado por el Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment y la Energy Foundation China, mostró que China es la líder mundial en capacidad instalada de energía solar (39% del total) y eólica (36%), pero aún necesita avanzar para cumplir con las metas de transición energética.

China realizó importantes avances y conquistas en ciencia y tecnología en 2022. Por primera vez, superó a EE. UU. en el número de artículos científicos más citados, y se convirtió en líder global. Entre el 1% de los papers más citados del mundo, considerados de mayor calidad, 27,2% (4.744) son chinos y 24,9% (4.330) son estadounidenses. China también continúa liderando en el total de artículos publicados con 407.181, superando a Estados Unidos, que se mantiene en segundo lugar con 293.434. 

En junio, China lanzó el  Type-003 Fujian, su primer super portaaviones con sistema electromagnético, que aumentó la capacidad de transporte de 30 a más de 60 aeronaves. Se trata del primer portaaviones que no es estadounidense y que rivaliza con los semejantes de Ford y Nimitz de la Marina de EE. UU., y es capaz de soportar más de 80.000 toneladas. Este hecho fue un paso importante para el objetivo de China de hacer que su Marina opere en pie de igualdad con la estadounidense para el año 2050.

El gobierno aprobó una Ley de Algoritmos que busca contener la influencia de las Big Techs en la opinión pública y proteger a los trabajadores de las plataformas de servicios. El abuso en el uso de algoritmos es visto en China como una amenaza a los derechos de los consumidores y trabajadores, y a la seguridad nacional. 

Más de cuatro décadas después de su primera participación en los Juegos Olímpicos de Invierno, China fue sede por primera vez del evento, que batió su récord de participantes con 176 atletas. La esquiadora de origen chino nacida en EE. UU., Gu Ailing, ganó su primer oro olímpico para China en medio de acusaciones de “traición” por parte de medios estadounidenses. “Los deportes deben ser usados para unir a los seres humanos”, dice Gu, cuya victoria recibió 670 millones de visualizaciones y comentarios en las redes sociales. 

La expectativa media de vida en China creció de 77,9 años en 2020 a 78,2 en 2021, superando a la de Estados Unidos, que cayó de 78,9, en 2019 a 76,6 en 2021, según los datos divulgados en julio por la Comisión Nacional de Salud. 

Según el relevamiento de la entidad, la mortalidad materna (16,1 cada 100.000) e infantil (5 cada 1.000) en China cayeron a un mínimo histórico, y la inversión en salud alcanzó el 6,5% del PIB.  

Una investigación publicada por la revista científica sobre medicina The Lancet demostró que los jóvenes de 13 años en las zonas rurales de China son 7,5 cm más altos y 6,6 kg más pesados que hace una década.

Gracias a una mejora nutricional iniciada en 2012, como parte del programa de reducción de la pobreza, el aumento medio de los niños de entre 6 y 15 años fue de 3 cm y 1 kg.

Este año, las encuestas revelaron que más de 200 millones de chinos trabajan por cuenta propia. Según estos datos, en 2021, 16% de los recién graduados (que en 2022 alcanzaron un récord de 10,76 millones) comenzaron a trabajar de forma independiente.

Cada vez más jóvenes optan por trabajar en pueblos rurales o en comunidades de base, con incentivos del gobierno y de las universidades, frente al aumento del desempleo que alcanza el 18,7% entre los jóvenes. Según la televisión estatal china, en los últimos tres años, el 70% de los graduados en universidades consiguió empleo en pequeñas ciudades y áreas rurales, y el 60% eligió trabajar en las regiones menos desarrolladas del país, apoyando proyectos de revitalización rural.